Para comenzar su 4º año de existencia, Egon y Javi, los dos amiritmeros más experimentados, decidimos hacer una excursión que recorría un tramo del rio Magro. Nos hizo un día soleado, como es costumbre, pero no en exceso. Fue una excursión muy entretenida, en la que no paramos de atravesar el cauce de ribera en ribera. Al principio lo pudimos hacer facilmente, gracias a la existencia de puentes, pero más tardes los puentes se transformaron en troncos o en simples rocas, que nos hicieron más difícil nuestra ruta, aunque también más aventurera. Nuestro guía Stewi aseguraba que nos tendriamos que descalzar alguna vez, pero Egon demostró que estaba equivocado. Por si eso no era suficiente, en algunos tramos tuvimos la sensación de estar en plena jungla, por la cantidad de vegetación y plantas punzantes que tuvimos que atravesar. No obstante, nada nos pudo detener, aunque dimos algún rodeo. Las plantas no eran las únicas que nos querían. Los animales, representados por las avispas, nos hicieron una visita mientras comiamos. Y más tarde, dos ciervos cruzaron el camino delante de nuestras propias narices.
En resumen, no tuvimos tiempo de aburrirnos en ningún momento, algo que es habitual en nuestras excursiones.
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