14 de marzo: Una vuelta por la Sierra del Fraile

Después de más de un mes sin salir, aprovechamos el domingo antes de la semana grande de las Fallas, para escaparnos a tomar el aire por el monte. Nuestro destino era Biar, un pueblo de la provincia de Alicante. Partimos hacía allí en coches. El viaje no estuvo libre de entretenimientos. Los que ibamos en el coche de Ana charlábamos amigablemente, cuando de pronto el coche emitió un sonido fuerte y estridente. Dicho sonido, que nosotros pensábamos que anunciaba la autodestrucción, tenía como objetivo avisarnos de la escasez de combustible.

Ya en camino, Egon y Ana debatieron ampliamente sobre las distintas alternativas existentes para matar a unos conejos, que se comian las cosechas del campo de Egon. Pacho, una vez más, agoto la memoria de su cámara, inmortalizando los distintos paisajes que nos encontrábamos. Y Egon nos hizo la boca agua, explicándonos su supervivencia alimenticia cuando vivía en Alemania. La ruta, aunque no era corta, había sido elegida por no ser muy exigente, ya que Enrique había invitado a una amiga suya, de la que desconociamos su resistencia física. Raquel nos sorprendió con su adaptación, casi siempre en cabeza de la expedición.

En la parte final de la excursión, Ana quiso desoir las instrucciones de nuestro guía Stewi. Egon y Javi, escandalizados, le retaron a que ella fuera por donde creía y ellos seguirían las instrucciones del libro. Fue igualmente sorprendente ver como el resto de expedicionarios se unía al bando de Ana, dejando a los fundadores del grupo sólos. El tiempo dió la razón a los que habían permanecido fieles a Stewi, ya que llegaron con más de 6 minutos de antelación, a pesar de que Ana intentó hacer trampa, corriendo al final, separándose de su propio grupo. En un mismo día se violaron dos reglas básicas del grupo: seguir las instrucciones del libro y permanecer siempre todo el grupo unido. La Junta de Gobierno estudiará el comportamiento de Ana, vocal del grupo, e instigadora de estos nefastos hechos.