1-2 de Mayo: Las Riberas del Mijares

Aprovechando el Puente del 1 de Mayo, AMR organizó una nueva excursión de un par de días, que contó con la presencia de Pacho, Enrique Izquierdo y Egon. El destino fue la zona del Alto Mijares, zona que hacía ya tiempo que queríamos visitar. Y para comenzar diremos que la elección fue un grandísimo acierto por lo espectacular, bello y variado de las rutas seguidas.

Comenzamos el día esperando a Enrique, que nos demostró que la puntualidad de la vez anterior fue solamente un desvío en su habitual conducta. Una vez reunidos y con los dos coches en marcha, iniciamos la ruta hasta llegar al turístico pueblo de Montanejos, en donde dejamos uno de los coches para proseguir con el otro hasta Puebla de Arenoso. La ruta estaba descrita en sentido Montanejos - Puebla, pero el espíritu aventurero de AMR salió a relucir y confiando en nuestra intuición, decidimos realizarla al revés. Modestia a parte, tenemos que decir que no tuvimos ningún problema, aunque para ello ayudara considerablemente la magnífica señalización del sendero.

La ruta comenzó ya espectacular, elevándose rápidamente sobre Puebla y ofreciéndonos unas magníficas panorámicas del Embalse de Arenós. Pacho no pudo esperar ni dos minutos a desenfundar su cámara y empezar un recital de "clics" que duró dos días.
Tras ascender al Pilón de Cuatro Caminos charrando de cine, realizamos un descanso-almuerzo en donde pudimos comprobar lo tremendamente bien alimentadas que estaban las hormigas del lugar y el grave problema de memoria que tenía... esto... ¿quién era?... ah sí... Enrique.
Tras el descenso llegamos a la bonita aldea de Los Calpes, en donde junto a una refrescante fuente, Egon nos preparó unas deliciosas AMRBurgers.
Ya con el estómago lleno continuamos el recorrido, y entre fugaces vistas de ciervos y las 4 gotas que nos cayeron, llegamos al río Maimona, el cual tuvimos que vadear cada uno como pudo. Desde aquí empezó una gran subida que no sabíamos muy bien cuando acabaría y a santo de que venía, pero al poco rato lo descubrimos. Al llegar al punto más alto comenzamos a apreciar uno de los paisajes más sobrecogedores de la historia de AMR: el Barranco de la Maimona. Bajo unas paredes casi verticales de más de 150 metros transcurre el río, que queda reducido desde esa altura a prácticamente un hilillo. Impresionantes vistas y realmente impresionante el paisaje que muestra la senda, sobrevolando prácticamente el barranco. No podíamos dejar de hacer fotos y contemplarlo.
Pero se hacía tarde y tuvimos que regresar poco a poco hacia Montanejos, en donde cogimos el coche y regresamos a la Puebla. Allí fuimos a la pensión y tras una ducha y un paseo por el pueblo, volvimos a cenar a Montanejos, en donde Enrique y Pacho engañaron a Egon que se quedó sin fútbol.

Ya el segundo día, y a pesar de las predicciones de diluvio, amaneció un día prácticamente raso. Desayunamos en el bar y comenzamos la etapa. Salimos de Puebla con la convicción de que la etapa del día anterior sería difícil de igualar, pero la ruta se encargó de desengañarnos.
Pronto nos adentramos en frondosos bosques, barrancos, riachuelos, la ribera del Mijares... que nos recordaba más a un paisaje de Pirineos que a la Comunidad Valenciana. Por este motivo tardamos mucho en recorrer la primera parte, porque cada 5 pasos Pacho tenía que hacer una foto. Entre cerezos, granados, chopos y pinos fuimos caminando agradablemente hasta el pueblo de Olba, al cual entramos por el encantador barrio de Los Moyas. Junto al Puente de Carlos IV, el cocinero Egon nos preparó una extraña mezcla de pastas, que resultó estar bastante buena.
Ante la perspectiva de unas nubes negras que se acercaban y de lo que tarde que se nos había hecho, retomamos rápidamente el camino. Pronto llegamos a un desvío, en donde debatimos si acercarnos a la Fuente de la Salud, que quedaba a unos centenares de metros. Finalmente optamos por ir, y fue una de las mejores decisiones que tomamos. El rincón de la Fuente es realmente precioso, con un arco morisco medio derruido, y una frondosidad fuera de la habitual. Merece mucho la pena hacer el desvío.
Continuando la ruta, atravesamos varias veces el río Mijares, y los barrios de Los Pertegaces, Los Villanueva y Los Giles, en donde nos refrescamos en su fuente para dirigirnos en un bonito descenso de nuevo hacia el Mijares, en donde junto al puente de la carretera nos esperaba el coche para volver.

Y en el bar de Puebla, para no perder la tradición, finalizó esta escapada que ha sido sin duda una de las más (si no la más) bonita y espectacular que haya hecho AMR. Recomendable 100%.

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